Dejar pasar la luz

Cuando digo que soy lo que soy, como soy y no voy a cambiar... me hago piedra, punta de cuchillo, obra acabada, punto.

Cuando digo que me da miedo y no tengo valor 

Esto de alguna manera deja de permitirme ser luz que se expande, energía que fluye... Dejo de permitirme moldear, cerrarme, sellarme sin ajustarme, como si lo que sé y lo que soy me bastara. Como si nada más pudiera mejorarme o sumarme. tal vez... vea bien... Tal vez eso haga que las espinas y las piedras del camino, me hieran mucho más...

Dicen los sabios que nunca estamos listos, que el aprendizaje es constante, que muchos cambios son beneficiosos, reparadores, evolutivos...

Entonces me pongo a disposición del universo, independientemente de mis experiencias o de mis años... Quiero ser flor, fruto y semilla al servicio de todas las estaciones. Quiero ser lluvia que impregna , baña, lava, evapora y retorna... Quiero ser alma entera sí, pero curiosa, cíclica, abierta, aprendiz... hecha de algo más siempre que sea necesario... Quiero ser la que juega descalza y libre 

Quiero permitir a la vida, siempre que sea necesario, cada vez que sea para mejor, volver a empezar...