Me gusta mirar al cielo y
ver como se mueven las nubes en días de viento cambiando sus formas, armándose
y desarmándose. Así entonces como se mueven las nubes en días de viento será
que hay que vivir, cambiando de formas con haces de luz que se infiltran
despedidos desde un sol brillante. Habrá que buscar entre las noches nubladas,
en ese cielo inmenso, profundo y estrellado alguna estrella que brille más que
otras y me que recuerde que, aunque haya oscuridad en algunos momentos de mi
vida siempre buscaré esa estrella que me ayuda a guiarme
A veces me muevo en una
sinfonía a veces disparatada, como si los instrumentos musicales furiosos
quisiesen gritar al mundo el ruido ensordecedor que hay en mi
Pero hay otros instantes
que se convierten en silencios, que me detienen en un golpe seco y entonces me
enfrento a las ausencias, las nostalgias, los proyectos postergados y los
completos y terminados que deben guardarse para seguir su curso, curso que como
el río que fluye atravesando mil paisajes desemboca en el mar inmenso, lleno de
vivencias, sueños, música, imágenes y recuerdos que danzan en cada oleada de
agua salada.
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