Y hay esa gente...

 



Y hay esa gente…

Que desborda humanidad, que sabe el real significado de la palabra empatía, gente que ama, entiende, respeta y acoge

Son ángeles cuyas alas están ocultas bajo esa capa de humildad que los caracteriza

No dan importancia a lo que hacen y sin embargo cada gesto que tienen, cada paso que dan son como piedras preciosas, un tesoro para la humanidad

Son maestros sin saberlo porque enseñan a los demás a ser más hermanos, más amigos, menos piedra, más flor.

A ser más, mucho más, a ser amor

Pintan la vida de colores.

No etiquetan, ni critican ni señalan

Son sembradores de paz y de esperanza, auténticos valientes y firmes defensores de la vida y de la verdad  porque ellos saben, crean y creen en ese amor verdadero desbordante, trayendo alegría y llenando vacíos con su luz.

Ellos saben que el amor se multiplica cuando se dona sin la espera de un regreso. Ellos auxilian sin querer nada a cambio porque saben reconocer la necesidad, la aflicción y el dolor

Son gente regalo porque regalan sonrisas, abrazos, miradas que tranquilizan y silencios que consuelan

Son gente que cautivan por su belleza, perlas raras en un mundo a vez tan anodino

No son gente común porque están hechas de sol y de flor, son semillas de amor

 

Ellos no están aquí  por casualidad...

Ellos vinieron por amor y con amor

Son bellas almas, ángeles aquí en la tierra que dan testimonio que estamos hechos para amar

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