Me gusta la gente que llega a tu casa con algo dulce para acompañar un café, te saluda con un abrazo y te dice qué bonito es verte. No te cuenta la cantidad de horas de menos que durmió para poder llegar a tu casa ni tampoco lo que tardó en cocinar el bizcocho, porque esa gente no se queja porque está más preocupada en vivir con lo que tiene que con lo que le falta.
Amo la gente que te demuestra el cariño. Un mensajito deseándote suerte. Aquel que regala atención, buenos deseos y por qué no un obsequio envuelto en un bonito papel con una tarjeta que dice te extraño.
Gente que te tiene en su radar, que te agenda en su mente.
Una mente sin complejos.
Gente que se reserva el día de tu cumple por si existe la remota posibilidad que lo festejes.
Que sigilosamente hace mucho más por el universo que muchos que se jactan de bondadoso.
Esta gente amorosa que tienen la habilidad de transformar lo feo en bello.
"La confianza en la bondad de los demás es gran testimonio de la bondad propia", alguna vez leí eso y me gustó mucho. Muy poca es la gente que antes de dormirse pide por los demás. Y eso se nota, esa energía de la buena. Esa gente es la que vale la pena que mantengas muy cerca de ti, en tu corazón
A esa gente invítala a tu casa, ponle comida rica en la mesa, cuídala y amala, reza por ella porque rezar por alguien es una de las formas más bonitas de amar a alguien
Porque es ese tipo de gente la que te hace mejor ser humano. Esa gente que no alardea sus actos y no evangeliza su arte de vivir porque ni ella se cree lo gigante que es.
Gente que cambian el mundo
Gente de corazón simple
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