Nuestro pequeño mundo


Abril llegó y todo lo que habíamos planeado para él quedó en espera. Cuántos proyectos, viajes, sueños. Cuántos abrazos y besos, hoy más que nunca lo que más valoraríamos sería poder volver a tener ese contacto directo con los demás. El poder tocarnos sin miedo.
Y llegó mayo y con él, una esperanza tímida se asoma a nuestras nuevas vidas porque hemos cambiado y mucho, Nunca volveremos a ser los mismos. Iremos de luna en luna, intentando no archivar esas vivencias pasadas y no perder las perspectivas de una vida que ha demostrado ser imprevisible y hasta indomable, despojándonos de nuestro titulo de “amo y señor del mundo”
No ha sido un tiempo perdido que olvidaremos sin más. Nunca nos dio tanto vértigo asomarnos desde nuestros balcones hacía nuestra propia fragilidad, mirar hacía el infinito para darnos cuenta de que nuestro mundo puede, de un día para otro, caber en unos pocos metros cuadrados
Nuestra mente, de repente, ha hecho “clic”, hemos despertado en una nueva realidad, donde ya no damos por hecho casi nada, donde el calor del contacto físico está prohibido, donde las palabras “distancia, confinamiento o desescalada forman parte de nuestras conversaciones, donde poco nos parece mucho y donde mucho nos parece poco. Como será la cosa que 170 muertos ya no nos parezcan tanto … Es lo que tienen las guerras, te acostumbras a que la muerte pasee a sus anchas, borrando las perspectivas y dejando vacíos. Y es que nos guste o no, esto es una guerra. Una guerra donde no vemos al enemigo. Una lucha donde nuestras únicas armas son unas mascarillas, unos guantes, jabón y desinfectante y nuestras únicas estrategias de defensa son el resguardarnos en nuestras casas y mantener las distancias. Lo más básico y simple se ha convertido en lo más valioso. ¿Dónde se quedan esas visiones apocalípticas de III Guerra Mundial en la cual lo absurdo de nuestra supuesta superioridad nos autodestruía? Mientras estábamos ocupados mirando nuestro ombligo, casi nos destruye un enemigo invisible y microscópico.  
¡Ojalá aprendamos de esta cura de humildad! ¡Qué bonito sería que todo esto nos cambie para bien, nos limpie el alma, nos ayude a priorizar, a volver al origen, a las fuentes! Ojalá veamos el mundo diferente. ¡Ojalá todo eso sirva para que nosotros, no seamos los de antes!

Comentarios