Erase una vez un mundo

Érase una vez, un mundo que pidió que se le escuchará. Nadie lo oyó y todos siguieron con sus vidas. Entonces el mundo gritó, se rebeló, pero lo ignoraron. El mundo dijo “sois partes de mi” pero nadie le hizo caso. El mundo enfermó y cada día enfermaba más y más “me estáis matando” dijo, pero nadie se dio cuenta. “¡Escuchadme por favor! Me muero”
Y un día el mundo se paró y la gente empezó a enfermar y gritaron “¿Quién es este asesino invisible que nos está matando?” Pero no obtuvieron respuesta. Entonces, desesperados, empezaron a echarse entre ellos la culpa de ese desastre y sus vidas se detuvieron. Y desde sus balcones quisieron formar parte del mundo y que se les escuchara. Pintaron arcoíris, cantaron bailaron y aplaudieron para que se les oyera, pero entonces sucedió lo impensable…El mundo empezó a recuperarse, cada día se encontraba un poco mejor y más animado. Mas bonito se ponía el mundo y más ganas tenía la gente de salir y de estar en ese mundo. “Queremos estar contigo” Y cuando la enfermedad pareció remitir y la gente empezaron a recuperarse, de nuevo salieron. Dispuestos a seguir siendo irrespetuosos, ciegos y sordos…Dispuestos a dañar el mundo, dispuestos a morir por no amarlo, no verlo ni escucharlo. Entonces no hubo nadie feliz y desaparecieron todas las perdices y colorín colorado…¿este cuento se ha acabado? 

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