Un día entre en una sala de espera. Era
la sala de espera de “LO QUE PUDO HABER SIDO”
Lo primero que vi fue un grupo de besos
melancólicos, se lamentaban de su triste destino; Acabaron en unas mejillas
cuando iban destinados a unos labios.
En un rincón, casi escondidas, diversas
palabras hablaban en voz baja. Eran apenas inaudibles, pero pude oír a duras
penas como se echaban la culpa de su falta de valentía, habían sido
pronunciadas tan bajo que nadie las había oído
Alborotándose cerca de la puerta,
indecisos y temerosos, estaban los pasos que nunca se dieron. Todos protestaban
quejándose de su poca fortuna
Entonces, me fije en un baúl de madera,
poco a poco su tapa fue levantándose y se asomaron unos talentos, pero al ver
tanta agitación, volvieron a esconderse
En una silla, sentada, estaba la pasión.
A su lado estaba la seguridad que le hablaba diciéndole que sus acciones nunca
podrían llevarla a nada bueno, para apoyar su razonamiento le presentó al
sentido del ridículo que no perdía una ocasión para hacer desistir a cualquiera
De repente, en esa sala, el miedo hizo
su aparición, lo seguía la cobardía, su eterna acompañante. Y como no era
suficiente para acallar de una vez por todas a todos esos quejicosos, llamaron
a la duda que se paseó insistentemente delante de todos, soltando un discurso
de lo más convincente
Todos se fueran callando y de nuevo
reino un silencio desconcertante, lleno de resignación y tristeza
Todos se habían convencidos…
Ojalá sus sueños se hubieran realizados, pero por desgracia eran imposibles …
Ojalá sus sueños se
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